SUB TUUM PRAESIDIUM
Antífona para las Completas del Tiempo Ordinario
Sub tuum praesidium confugimus,
Sancta Dei Genitrix;
Nostras de precationes ne despicias
In necessitatibus:
Sed a periculis cunctis
Liberanos Semper,
Virgo gloriosa et benedicta.
La Plegaria más antigua a la Virgen María es precisamente una invocación a María como Madre de Dios, a cuya protección nos acogemos quienes nos sentimos hijos suyos necesitados. Aunque es una antífona propia de la oración de Completas, también se puede cantar en las festividades marianas importantes, como la Solemnidad de Santa María Madre de Dios. Antonio Alcalde nos ofrece este rico texto con sugerencias para el canto en la liturgia:
Cabe destacar la presencia del término Theotokos, en este caso en vocativo, Theotoke, es decir, «Madre de Dios». Dos siglos después, en el Concilio de Éfeso, se reconoció de forma solemne que este título era el adecuado para la Virgen María, contra el parecer de Nestorio. En Éfeso, la Tradición de la Iglesia fue defendida contra los que preferían sus propios razonamientos a la enseñanza de siempre de la Iglesia.
Esta famosa antífona mariana «Bajo tu amparo nos acogemos» fue descubierta en Egipto sobre un papiro, probablemente del siglo III o IV; su antigüedad ha sido confirmada por el papiro hallado en Egipto que en 1917 adquirió la «John Rylands Library», de Manchester (Inglaterra), y que publicaron en 1938 C.H. Roberts y E. Lobel¹. C.H. Roberts, por razones teológicas, lo asigna al siglo IV; E. Lobel, por análisis paleográfico, lo ubica en el siglo III. El papiro posee el incalculable valor de ser la más antigua oración de la Iglesia dirigida a la santísima Virgen de que tengamos noticia.
La palabra Theotokos, «Madre de Dios», ya aparece en el papiro. Este título de Theotokos, que el Concilio de Éfeso definiría el año 431, es el más bello y digno de la Virgen, el que resume su carisma, su elección y su misión en la tierra, ser la madre que ha dado a luz a Cristo, el Señor. Esta es toda su historia: ser Madre de Dios, Madre de Jesús. Y la versión en griego clásico, que es precisamente la que se encontró en el papiro. Basta fijarse con detenimiento en la foto del papiro para reconocer las palabras griegas originales:
Ὑπὸ τὴν σὴν εὐσπλαγχνίαν, καταφεύγομεν, Θεοτόκε. Τὰς ἡμῶν ἱκεσίας, μὴ παρίδῃς ἐν περιστάσει, ἀλλ᾽ ἐκ κινδύνων λύτρωσαι ἡμᾶς, μόνη Ἁγνή, μόνη εὐλογημένη.
Ella es también Madre de todos los redimidos por su Hijo. Este título encierra ya todos los otros títulos y contiene todos sus privilegios.
El término «amparo», «protección» es la traducción del texto original: «misericordia». Se canta el himno al final de Completas durante el Tiempo Ordinario, como la Salve Regina, poniéndonos bajo la protección de la Virgen al retirarnos para el descanso nocturno.
La universalidad de esta antífona hace pensar que ya a mediados del siglo III era usual invocar a la Virgen como la Theotokos, y que los teólogos como Orígenes, comenzaron a prestarle atención, precisamente por la importancia que iba adquiriendo en la piedad popular, a la vez que se introducía en la liturgia.
En el rito romano, su presencia está ya atestiguada en el Liber Responsolis, atribuido a San Gregorio Magno y es copiado en el siglo IX en la siguiente forma: «Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genitrix»
En los siglos X y XI, algunos manuscritos presentan unas variantes preciosas de esta oración, manteniendo intacta la expresión «Sancta Dei Genitrix» por ejemplo: «Sub tuis visceribus confugimus ( o confugio, en singular) , Dei Genitrix, Semper Virgo Maria». Y en el rito ambrosiano: «Sub tuam misericordiam confugimus, Dei Genitrix».
Se trata de traducciones fidelísimas al texto griego, tal y como aparece en el rito bizantino, en el que se utiliza la palabra griega eysplagknían, para referirse a las entrañas misericordiosas de la Madre de Dios.
La consideración de la inmensa capacidad de las entrañas maternales de la Madre de Dios está en la base de la piedad popular que tanta importancia dio al título Theotokos para designar a la Madre de Jesús, invocación a las entrañas maternales de Aquella que llevó en su seno a Dios. La piedad popular, en este caso, ha ido por delante de la teología llamándola Theotokos.
El Sub tuum praesidium la rezan los cristianos desde el año 250 d.C. Nosotros seguimos rezándola, recibida no de la arqueología, sino de la tradición de la Iglesia. El texto y la melodía de esta piadosísima antífona, es tierna y confiada súplica que va siendo cada día más conocida y popularizada. Sigue leyendo