La animación del canto litúrgico, y en general toda animación pastoral dentro de la Iglesia, se encuentra con frecuencia con el problema de la falta de líderes que, dotados de una formación suficiente (teológica, pastoral, litúrgica, musical, etc.), estén dispuestos a poner al servicio de la comunidad sus capacidades para bien de todos. A veces es la falta de tiempo de quienes poseen dichas cualidades, a veces la falta de motivación personal para hacerlo, y a veces, las más, la falta de organización intraeclesial para aprovechar las sinergias y habilidades de quienes componen cada comunidad. Se habla de ministerios laicales pero con frecuencia encontramos una gran resistencia a delegar efectivamente muchas de las funciones y tareas inherentes a dichos ministerios. En el ámbito musical se promueve con más facilidad la creación de grupos de personas dispuestas a formar un coro que de verdaderos animadores orientados a favorecer que sea toda la asamblea la que cante y ore con el canto en sus celebraciones.
La animación es, por tanto, un problema vinculado al liderazgo y a la delegación. Liderazgo de los responsables de las comunidades que tienen que aprender a trabajar en equipo y con equipos; liderazgo de los responsables de los distintos ministerios que tienen que saber transmitir lo que se les encomienda ministerialmente con competencia y eficiencia; y liderazgo de todos los que nos sentimos llamados a evangelizar con los instrumentos de la palabra y el canto o con cualquier otra forma de apostolado.
Para hablar de todo esto hemos querido acercarnos a un especialista en formación de liderazgos con una especial sensibilidad hacia lo verdaderamente humano y sus valores éticos y morales. Fernando Domínguez es psicólogo, formador y consultor de Recursos Humanos con más de 25 años de experiencia. Es también editor del blog Crecimiento personal (http://donetraining.wordpress.com) desde el que ofrece interesantes orientaciones sobre cómo crecer personalmente para ser auténticos líderes en confrontación con nosotros mismos y con los demás. Su actividad profesional se centra cada vez más en la formación de líderes capaces de orientar al grupo en una dirección común sin olvidar los valores éticos que necesariamente debe poseer para ser un verdadero líder carismático.
Desde el convencimiento de que la formación de líderes capaces de animar pastoralmente al Pueblo de Dios es precisamente lo que necesitamos con mayor urgencia en nuestras asambleas, y movidos por el deseo de alentar a aquellos que sienten cierto temor a dar un paso adelante en esta tarea, hemos querido averiguar, desde la perspectiva de un profesional, qué características tiene un líder y si el animador del canto litúrgico tiene que ser necesariamente un líder para desarrollar su ministerio.
Fernando, cuéntanos… Sigue leyendo