DIRECTORIO LITÚRGICO PASTORAL SOBRE EL SALMO RESPONSORIAL
Y EL MINISTERIO DEL SALMISTA
Secretariado Nacional de Liturgia
Conferencia Episcopal Española [1986]
En el libro de las Crónicas se relata cómo David distribuyó las funciones de los levitas en su reino una vez que estableció su morada en Jerusalén. Entre las funciones que distribuyó estaba la música sagrada. Tan importante era para él la música que destinó cuatro mil levitas a la alabanza a Yavé con instrumentos (la gran orquesta): «… cuatro mil porteros y los otros cuatro mil alababan a Yavé con los instrumentos que para este fin había hecho David.» (1Cró 23, 1-5). De estos, 288 fueron específicamente ungidos para profetizar “según las órdenes del rey” y «cantar bajo la dirección de su padre en el Templo de Yavé, con címbalos, salterios y arpas»: «Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Yavé, todos los aptos, fue doscientos ochenta y ocho.» (1Cró 25, 2-7). Estos 288 eran los Salmistas, un grupo que ejercía el ministerio de David de alabanza y adoración a Yavé por el pueblo.
La recuperación del Salmo como lectura bíblica en nuestra liturgia fue una de las aportaciones singulares del Concilio Vaticano II, pero esta recuperación no ha ido aparejada a la recuperación de la figura del salmista. En 1986, el Secretariado Nacional de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española, consciente de la importancia de ambas realidades pastorales, publicó un breve pero claro documento en el que recogía una serie de orientaciones sobre la recuperación del Salmo responsorial en nuestra liturgia y unas notas sobre la figura del Ministerio del salmista. Recojo aquí únicamente la segunda parte de dicho documento dedicada al Ministerio del salmista: